La discapacidad no es incapacidad laboral
- T.O Javiera García
- 27 nov
- 2 Min. de lectura
Actualizado: hace 4 días
Cuando hablamos de inclusión laboral, solemos pensar en adaptar espacios físicos, pero muchas veces olvidamos una barrera actitudinal: el prejuicio.
En Chile, las personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo aún enfrentan enormes desafíos para incluirse en el mundo del trabajo. Y no porque no puedan, sino porque sus equipos, el resto o las empresas, no creen que pueden.
¿Qué pasa cuando una persona con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo quiere trabajar?
Desde la Fundación Amigos por Siempre acompañamos en los procesos laborales, donde nos damos cuenta que cada historia tiene algo en común: las ganas de trabajar. Lo que falta es espacio y oportunidades.
En general en los lugares de trabajo se preguntan:
“¿Y podrá entender las tareas?”
“¿Va a poder trabajar solo?”
“¿No es mucha responsabilidad para él o ella?”
Y nosotros respondemos con hechos: sí puede. Solo necesita apoyos adecuados, tiempos comprensibles y un entorno que crea en su potencial.
5 COSAS QUE NECESITAMOS CAMBIAR COMO SOCIEDAD
Tienen derecho al trabajo, no a “trabajitos”:Muchas veces solo se les ofrecen tareas sin sentido o mal remuneradas. Pero las personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo pueden desarrollar muchas habilidades si se les da el espacio para aprender.
Son comprometidos y responsables:Cuando comprenden lo que deben hacer, cumplen con entusiasmo. El trabajo les da sentido, rutina y orgullo. El sentirse independientes dignifica el trabajo.
El miedo a equivocarse no debe frenar la inclusión:Todas las personas cometemos errores. La diferencia está en cómo se acompañan esos procesos de aprendizaje.
El entorno debe aprender a incluir, no al revés:Son los equipos de trabajo, jefaturas y empresas los que deben aprender a comunicarse mejor, tener paciencia, dar instrucciones claras y a valorar lo diferente.
La sobreprotección es una trampa:Muchas empresas sienten temor que personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo formen parte de sus equipos por el desconocimiento al desempeño. Sin embargo, un trabajo bien acompañado es una oportunidad de crecimiento, no una amenaza.
LAS CAPACIDADES SON MÁS IMPORTANTES QUE LAS LIMITACIONES
Una persona con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo puede trabajar, crecer, aprender, equivocarse y mejorar. Como cualquier otra persona.
No necesitan “compasión”, necesitan confianza, acompañamiento y oportunidades reales.
Si abrimos puertas, lo que encontramos es talento, esfuerzo, alegría y compromiso. De lo contrario, solo perpetuamos una exclusión que ya no tiene justificación.
Te invitamos a reflexionar…
¿Crees que tu empresa o lugar de trabajo podría recibir a una persona con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo?
¿Te has preguntado cómo sería tu día si no tuvieras una rutina laboral?
¿Estás dispuesto a abrir espacios para que eso ocurra?
¿Te sumas a este cambio?

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