Una mala comunicación: ¿Tiene consecuencias para la autonomía en personas con Discapacidad Intelectual?
- Ps. Fernanda Alfonso
- 22 abr
- 3 Min. de lectura
En varias ocasiones, en el deseo de querer cuidar y proteger, las familias pueden actuar en nombre de sus hijos, tomando decisiones por ellos. Esto, aunque sea bien intencionado. Esta actitud puede estar motivada por el temor a que sus hijos no logren desenvolverse adecuadamente o enfrenten situaciones difíciles. Por ello, es fundamental brindarles apoyo y orientación, en lugar de tomar decisiones por ellos.
Sin embargo, cuando esta sobreprotección se vuelve constante puede dificultar seriamente que se desarrolle su autonomía. Ya que las personas comienzan a depender en exceso de quienes están a su alrededor, lo que los lleva a que les dificulte tomar decisiones por sí mismos. Además, al no haber enfrentado desafíos ni aprendido a enfrentar las consecuencias de un error, pueden desarrollar una fuerte ansiedad y un profundo miedo a equivocarse.
Estas repercusiones no solo afectan su bienestar emocional, sino también su inclusión en contextos sociales y laborales. La inseguridad, la falta de iniciativa y el miedo al fracaso pueden convertirse en un impedimento para su participación plena en la comunidad.
¿Que implica fomentar la autonomía?
Implica totalmente a que puedan equivocarse, que aprendan y puedan crecer a partir de sus propias experiencias. Solo así podrán construir una vida con mayor autoconfianza y sentido de pertenencia.
Evitar la sobreprotección no significa dejar de cuidar o acompañar, sino más bien encontrar un equilibrio que permita a los hijos desarrollar su autonomía y confianza en sí mismos.
Estrategias
Algunas claves o estrategias que pueden ayudar a las familias a fomentar una relación más equilibrada y que incentive la independencia a través de una comunicación más efectiva:
Confiar en sus capacidades: Muy importante es reconocer y valorar lo que sí pueden hacer, aunque necesiten más tiempo o apoyo. La confianza de la familia en ellos tiene un fuerte impacto en su autoestima y la seguridad que pueden llegar a desarrollar.
Fomentar la toma de decisiones: Darles la oportunidad de que puedan ir decidiendo en lo cotidiano, por ejemplo, qué ropa ponerse o qué comida prefieren, etc. Esto irá fortaleciendo su sentido de control, y así tener la capacidad para influir en lo que ocurre en su entorno disminuyendo su ansiedad, ya que no todo depende de otros.
Acompañar-guiar: Es importante estar presentes si lo necesitan, acompañar implica guiar.
Permitir el error como parte del aprendizaje: Cometer errores es parte del aprendizaje y que puedan ir desarrollándose personalmente.
Escucharlo: Es importante escuchar con paciencia, preguntarle su opinión, validar sus ideas y deseos. Que se sientan partícipes de las decisiones
Promover experiencias fuera del entorno familiar: Que puedan participar en actividades sociales, educativas, como hacer deporte o hasta salir a caminar y/o actividades laborales permitiéndoles desarrollar distintas habilidades ganando seguridad.
Revisar los propios miedos: En muchos casos, la sobreprotección nace más de los temores de los padres que de las necesidades reales de sus hijos, por lo que sería importante identificar y trabajar esos miedos sería un paso fundamental para dejar espacio a su desarrollo.
Por lo tanto, una comunicación abierta y respetuosa entre padres e hijos con discapacidad intelectual es clave para fortalecer el vínculo, promover la confianza y fomentar su autonomía. Escuchar su voz, validar sus emociones y brindar un acompañamiento sin sobreproteger les permite desarrollarse con mayor seguridad, participar activamente en su entorno y construir una vida más plena.
¿Estás dispuesto a ver todo lo que sí puede hacer, si le das la oportunidad?
¡La protección equilibrada no limita, sino que impulsa!
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